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Siempre aprendo algo nuevo cuando veo los Juegos Olímpicos.

Ya sean los 100, los 200 o los 400 metros lisos, me encanta ver los Juegos. También me gustan las vallas, el lanzamiento de peso y el baloncesto. De hecho, me gustan todos porque aprendo de cada atleta que entra en “su zona”.

Esta “zona” se produce cuando el atleta sabe que va a ganar. En todos los deportes, especialmente en los competitivos, se sabe quién va a ganar desde el principio. Usain Bolt es un excelente ejemplo de ello.

Estas son las 5 lecciones que aprendí de los Juegos Olímpicos:

1. Preparación: Como atleta que soy, sé cuándo tengo que ir al gimnasio a hacer ejercicio. Sin embargo, sólo soy un aficionado cuando se trata de correr, estirar, levantar peso y otros esfuerzos físicos y mentales. Estos atletas olímpicos se entrenan a fondo, de 9 a 12 horas al día, a veces 7 días a la semana.

A diferencia de mí, no pueden permitirse estar “fuera de forma” más de un día. Puede que tengan algún día libre, pero siguen comiendo grandes cantidades de verduras crudas y tomando docenas de suplementos. También están viendo películas sobre cómo podrían mejorar sus técnicas. Luego salen a practicar durante incontables horas para estar preparados.

En la vida: Nuestra vida gira en torno a la preparación. Sin embargo, la gente rara vez se toma tiempo para fijar sus objetivos vitales, elegir su ropa para el día siguiente o preparar sus comidas. Vivimos en una cultura rápida en la que todo nos viene preparado de antemano. Sin embargo, si desarrollas la diligencia de prepararte al menos una hora antes del día siguiente, estarás muy por delante de la carrera.

5 P’s: ¡Una planificación adecuada evita un mal rendimiento!

2. Dedicación: Los que entran en la carrera están en ella para ganarla. A menudo, esto significa que tendrán que alejarse de sus seres queridos hasta 4 años para entrenarse en su deporte. La mayoría de las veces, permanecen en abstinencia para ayudar a imponer sus disciplinas. Además, muchos de estos atletas tienen poco o ningún apoyo financiero mientras se dedican a entrenar a nivel mundial.

La dedicación de un atleta olímpico no tiene parangón en ninguna otra industria. A veces, su entrenamiento apenas tiene recompensa. Por ejemplo, si son descalificados por una salida falsa durante una carrera, no reciben ningún trato especial ni remuneración, a pesar de trabajar horas sin descanso para clasificarse para la prueba. Eso sí que es dedicación.

En la vida: ¿Eres dedicado a tu trabajo? ¿Estaría dispuesto a trabajar 7 días a la semana sin remuneración? La mayoría de las personas de éxito trabajan unos cuatro años sin cobrar, como estos atletas olímpicos. Yo personalmente trabajé un par de años antes de ver un gran aumento en mis ingresos. ¿Estás comprometido con tu trabajo o sólo lo haces por dinero?

Lo que hagas cuando nadie te ve determinará quién eres cuando aparezcas. – Ramiro Camiña

3. La técnica: En el atletismo, la técnica es importante. Un saltador con pértiga necesitará decenas de miles de intentos antes de alcanzar un nivel de talla mundial. Ten en cuenta que el salto con pértiga no es una habilidad vital que necesites necesariamente, a menos que seas un saltador de pértiga profesional.

Estos atletas ponen el listón muy alto en su deporte. Desde el agarre de los dedos de los pies hasta la posición del cuello, perfeccionan hasta el más mínimo detalle de su actuación. Tras horas de entrenamiento, sus disciplinadas técnicas determinan su rendimiento, que a su vez puede determinar el premio.

En la vida: La mayoría de los conductores ni siquiera utilizan las técnicas adecuadas. Cuando conducen, se ponen cosméticos, envían mensajes de texto por el móvil, leen libros o fuman mientras van de carril en carril. No piensan mucho a la hora de aparcar y apenas se detienen en las señales de stop. ¿Te imaginas cómo actúan en otros aspectos de su vida? Mejora tus técnicas.

4. Paciencia: En los entrenamientos, muchos deportistas están listos para rendir. Sin embargo, tienen que esperar a que empiece la prueba. Por ejemplo, imagina a un velocista que tiene que entrenarse para correr 100 metros lisos. En el entrenamiento, puede que ya haya batido el récord varias veces, pero aún tiene que esperar hasta el día del partido, cuando su rendimiento realmente cuenta.

Cuando empieza la prueba, esprinta durante unos 10 segundos. ¿Te puedes creer que se necesite toda una vida de entrenamiento para ganar una carrera de 10 segundos? Ganen o no, tienen que esperar otros cuatro años antes de volver a correr. ¿Esperarías cuatro años para tener tu centro de atención?

En la vida: La mayoría de la gente se angustia si su comida no está lista en el microondas al cabo de un minuto. Otros quieren un ascenso a las pocas semanas de empezar en un nuevo trabajo. Hay muchas personas en el mundo que carecen de paciencia y sus resultados en la vida lo demuestran. Todos necesitamos más paciencia.

Si haces más de lo que te pagan por hacer, te pagarán más de lo que haces.

Ramiro Camiña

5. Resistencia: La mayoría de los atletas olímpicos vomitarán docenas de veces durante su entrenamiento. Muchos se desmayarán innumerables veces durante los entrenamientos. Algunos se darán por vencidos y se dedicarán a otro trabajo, dejando atrás sus sueños olímpicos para siempre. La resistencia de los atletas olímpicos requiere una fe y un valor sin precedentes. Requiere la mayor resistencia.

La resistencia es la capacidad de seguir adelante con un esfuerzo. A pesar de la fatiga, los fracasos y las frustraciones, los atletas olímpicos lucharán con sangre, sudor y lágrimas para desarrollar su resistencia. Pasarán por muchas pruebas y tribulaciones, pero harán lo que sea necesario para seguir adelante. Porque tienen un sueño, eso les hace seguir adelante y les hace más fuertes.

En la vida: A la mayoría de la gente le cuesta contar el dinero que lleva en la cartera o agacharse para coger un trozo de papel. Cuando se trata de hacer un esfuerzo adicional, la gente se queja y se enfada. No tienen resistencia. Recuerda: si haces más de lo que te pagan por hacer, te pagarán mucho más de lo que haces.

Ramiro Camiña

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