Cuando empecé la universidad, tenía grandes expectativas.
Después de pasar por caja en la librería, me di cuenta de que mi factura superaba los 1.000 dólares. Tragué saliva con desesperación y me pregunté: “¿Vale esto realmente la pena?”.
Esa noche me fui a casa e investigué un poco. Descubrí que la elaboración y comercialización de cada libro de texto costaba una media de 10 dólares. Empecé a preguntarme: “¿por qué me cobran 200 dólares por libro?”. Me parecía que un beneficio de 190 dólares no era razonable, sobre todo por un libro que apenas utilizaba.
Cuando el primer semestre se me pasó volando, me di cuenta de que ni siquiera había leído una docena de páginas. Llegué a la conclusión de que sólo vamos a la escuela a leer libros y que era un plan de estudios con el que no quería estar afiliada.
He aquí las 5 falsas promesas de la universidad:
1. Serás educado: La mayoría de la gente piensa que cuando se gradúan de la universidad, están completamente educados. Recuerdo a uno de mis amigos recién graduado diciendo: “No volveré a leer otro libro en el resto de mi vida”. Fue la afirmación más triste que he oído.
Muchos universitarios tienen la falsa impresión de que han recibido una educación completa una vez que salen de la universidad. El hecho es que su verdadera educación puede comenzar en la escuela, pero su autoeducación durará toda la vida.
2. Conseguirás trabajo: Cuando un joven de 22 años se gradúa en la universidad, espera conseguir un trabajo inmediatamente. Después de hacer unas prácticas el verano anterior y de ir retocando su currículum por el camino, acaban presentándose a todos los trabajos posibles sólo para encontrarse con un océano lleno de rechazos.
La mayoría de los graduados universitarios están mal preparados para incorporarse al mercado laboral después de la universidad. Por eso nuestro gobierno ha permitido el aplazamiento de los préstamos estudiantiles durante varios años. Entienden que el sistema de escolarización ha fracasado y la mayoría de los estudiantes no serán capaces de conseguir un trabajo después de la universidad, dejándoles dependientes de los locales de sus padres.
3. Harás contactos: Multitud de escuelas presumen de sus asociaciones de antiguos alumnos como si los estudiantes fueran ya futuros miembros del Salón de la Fama. Venden a los estudiantes y a sus padres la importancia de establecer contactos con las credenciales y la reputación actual de la escuela.
Sin embargo, nunca he oído a nadie decir: “Me gradué en Penn State con un 4,0” cuando acumulan sus logros a lo largo de su vida. De hecho, en mi círculo personal, nadie me ha preguntado nunca si tengo un título universitario o si estoy afiliado a algún tipo de organización universitaria. Por extraño que parezca, ninguno de mis contactos se ha hecho a través de la universidad, que es lo que me prometieron cuando empecé.
4. No puedes vivir sin ella: La mayoría de los padres presionan a sus hijos para que vayan a la universidad y predican sobre los peligros de la falta de educación. Los padres convencerán a sus hijos diciéndoles algo como esto “Bobby, quiero que seas mejor que tu madre y tu padre. Tienes que ir a la escuela y recibir una educación”.
Si investiga, descubrirá que hay innumerables personas de éxito que han triunfado sin la ayuda de un título universitario. Claro, una universidad podría ponerte en una mejor posición, pero no significa que perderás oportunidades sin una.
5. Serás rico: Muchos estudiantes universitarios se gradúan con la idea de que valdrán al menos 50.000 dólares al año. Sin embargo, cuando reciben la factura de la universidad, descubren que tendrán que dar al menos el 10% de sus ingresos durante los próximos 20 años para pagar sus abultados préstamos.
Esto es una tragedia en nuestra sociedad moderna. La mentalidad de “ve a la universidad y consigue un trabajo” es una farsa que han defendido los derechistas desde que se crearon nuestras primeras grandes universidades en el Reino Unido y Estados Unidos. Fíjate en los Zuckerberg, los Edison y los Gates y verás que la escuela era la antítesis de su éxito.
Resumen:
Estas son las 5 falsas promesas de la universidad. Para el médico, el abogado, el ingeniero y el arquitecto, y cualquier otro campo especializado, la escuela es muy recomendable. Sin embargo, si eres un aspirante a empresario, la escuela no es necesaria.
Ramiro Camiña