Como trabajo con muchos empresarios, me doy cuenta de que hay distintos niveles de intensidad. Cuanta más intensidad pongas en tu trabajo, más beneficioso será para todos en el futuro. Algunas personas se adentran en un nuevo negocio, mientras que otras se lanzan de cabeza. ¿Cuál eres tú?
Dependiendo de quién seas, siempre puedes intensificar tus sueños en los negocios. Tras miles de conversaciones a lo largo de los años, he descubierto que los empresarios con más éxito son los que deciden volcar su alma en su trabajo. Lo dan todo.
Según las leyes universales, no hay limitaciones, pero la gente sigue poniendo excusas. Afortunadamente, el dinero, los recursos y las personas nunca faltan. Los inventos nacen de la necesidad y sus creadores estaban decididos a hacer un cambio. Con un propósito y planes definidos, puedes hacer cualquier cosa que realmente desees para intensificar tus sueños en los negocios.
Hay 5 niveles de intensidades que encontré entre los que tuve el privilegio de hablar:
1. Todavía no he llegado
Las personas que “todavía no han llegado” saben que necesitan cambiar. Sin embargo, no se han decidido a mirar en la dirección que claramente está llamando su nombre. Saben que no les gusta su posición actual en la vida, pero no están dispuestas a cambiar. Tienen miedo al fracaso y a la crítica. No se consideran competentes y pueden tener muchas inseguridades. Su autocomplacencia les da más miedo.
En esencia, no quieren pensar ni planificar. Aunque se sienten estancados, toleran sus vidas normales. Sólo los acontecimientos que alteran su vida pueden hacerles cambiar. También puede ser una persona que entra en sus vidas. En general, se sientan y observan a los demás pasar a la acción. Si finalmente tienen el valor, puede que también se unan a la fiesta… si no es demasiado tarde.
Ejemplo: Estas personas oyen hablar del gran partido, pero nunca piensan que podrían verlo o jugarlo, así que nunca van al estadio.
2. Podría hacerlo — Eventualmente
Estas personas investigan a fondo. Aprenden las respuestas inscribiéndose en algunos cursos de estudio, escuchando a otros y leyendo libros. Estudian desde lejos, pero rara vez se acercan. Parecen expertos cuando hablas con ellos, pero en realidad nunca han hecho nada. Viven en la teoría, pero rara vez practican. Ven a otras personas hacerlo, pero en realidad no sienten que tengan lo suficiente.
Creen que lo han intentado porque han investigado mucho y han aportado mucho, pero al final no han hecho gran cosa. Tienen mucha fe, pero pocas obras. Se ven a sí mismos como el parangón, pero en realidad no se comprometen de todo corazón en sus proyectos. Disfrutan de la satisfacción de su trabajo diario, pero probablemente nunca alcanzarán su verdadero sueño. La única esperanza que tienen es a muy pequeña escala.
Ejemplo: Estas personas saben del gran partido, pero en realidad no compran las entradas porque tienen miedo de pagar el aparcamiento para entrar en el estadio, así que se limitan a verlo por televisión.
3. Esperaré hasta el año que viene
La mayoría de las personas “esperan hasta el año que viene”. Saben que necesitan cambiar, pero se ponen grandes limitaciones. Esperarán a sus desgravaciones fiscales en abril o a la graduación de su hijo en mayo del año que viene. Quieren esperar a que les paguen la hipoteca o el coche. Les preocupa más pagar las facturas que enriquecerse. Normalmente, las personas del “año que viene” están limitadas por sus medios económicos.
Las personas del “año que viene” suelen trazarse objetivos poco razonables y luego se desaniman cuando empieza el año. Cada temporada se les presentan oportunidades, pero siguen procrastinando hasta el año que viene. También inventan las mejores excusas. La única esperanza para los que esperan hasta el año que viene es un cambio de circunstancias o la frustración más absoluta. Puede que tarden años en pasar a la acción, pero al final puede que ocurra. En general, puede que se interesen por algunas oportunidades, pero normalmente nunca las terminan, porque esperan hasta el año que viene.
Ejemplo: Estas personas esperan fuera del estadio y oyen a la multitud, pero no saben muy bien quién juega o qué está pasando. Sin embargo, reciben actualizaciones sobre el marcador a lo largo del camino.
4. Dame un par de meses:
Estas personas están listas para tomar una decisión. Saben que pueden hacerlo ahora, pero quieren que todo esté alineado. Son como las personas que conducen por Main Street esperando que todos los semáforos estén en verde. Aunque están preparados para tomar una decisión, esperan a ver si sus circunstancias mejoran. Sólo hace falta un empujoncito, un poco de persuasión, y ya están listos para poner en marcha sus sueños.
A veces, estas personas pueden sentirse abrumadas por la cantidad de ayuda que necesitan. Se enfrentan a lo desconocido y están potencialmente aterrorizadas por lo que pueda ocurrir. Intentan planificar metódicamente, pero esto puede no dejar espacio para la flexibilidad (es decir, son perfeccionistas). Pueden ser poco razonables con sus pensamientos y planteamientos, sólo porque no tienen perspectiva de la realidad. La razón por la que no lo saben es porque aún no han pasado a la acción. Estas personas pueden convertirse en personas “del año que viene” si esperan demasiado. Por el contrario, ¡pueden estar preparadas ahora mismo!
Ejemplo: Estas personas están en el estadio, pero nunca piensan que podrían entrar en el gran partido, así que siguen observando y esperan su oportunidad de tener una oportunidad.
5. Estoy listo ahora mismo:
Este es el tipo de persona que hace todo para cambiar. Crean sus páginas web, registran su negocio, crean tarjetas de visita, escriben sus libros y le cuentan a todo el mundo lo que están a punto de hacer. Muestran al mundo que están listos por la acción que toman. Después de esperar un tiempo, conocen el placer de aprovechar todas las oportunidades. Si alguna vez se ven en apuros, buscan ayuda externa en otras personas o interna con su fuerza interior. Al final siempre ganan.
Estas personas suelen acelerar su éxito con un coach. Tienen un plan agresivo a dos o tres años, que les reportará seis cifras en su segundo o tercer año. Saben que pueden ser millonarios en un plazo de cinco a diez años. Se dedican a lo que les apasiona y no vuelven a mirar atrás. Erradican todo pensamiento de empleo (si tienen un negocio) y queman todos los puentes para alcanzar su libertad. Al final, se convierten en imanes y todo el mundo se pregunta cómo han triunfado tan rápidamente.
Ejemplo: Estas son las raras personas que realmente juegan a lo grande.
Decide en qué nivel de intensidad te encuentras y avanza en tus pasiones. Intensifica tus sueños y los alcanzarás más rápido de lo que jamás hubieras imaginado.
Ramiro Camiña