Para ganar un millón de dólares, hay que hacer sonreír a un millón de personas.
Para hacer sonreír a un millón de personas, debe proponerse servir a 10 millones de personas.
Debe ofrecer un producto o servicio que satisfaga sus necesidades.
La gran realidad es que la mayoría de la gente no sabe lo que necesita hasta que se lo das. A veces, tendrás que ser pionero en un producto o servicio sobre la fe, con la esperanza de que sea digno del uso público.
“Si hubiera preguntado a la gente qué quería, me habría dicho caballos más rápidos”.
-Henry Ford
Estarás en el laboratorio, experimentando con océanos de pociones, recopilando datos mientras crees en tus sueños. Los detractores y la autoconversación negativa pueden resultar indiferentes a tus planes.
Sin embargo, con perseverancia y preparación, puedes prevalecer con tus planes. Puedes preparar una receta para siglos, aunque sea una ligera variación de lo que se ha hecho antes.
En mi caso, ha habido innumerables personas inspiradoras que han hablado a millones de personas sobre desarrollo personal y profesional. Sin embargo, yo me diferencio por mi estilo y mi historia.
Usted también puede diseñar un plan de acción para obtener su primer millón de dólares. Cuando te levantes por la mañana, pregúntate: “¿Qué necesita el mundo que yo pueda aportar?”.
Si te haces esta pregunta, te adelantarás a millones de personas que se preguntan: “¿Qué necesito para encajar con los demás?”.
Estudiar la diferencia entre estas preguntas puede ofrecerte un gran avance.
Tu objetivo debe ser servir de forma diferente, pero no de manera errática o peculiar. En lugar de eso, intenta saciar las necesidades del público averiguando qué necesitan y dándoselo.
Es más fácil de lo que crees.
Empieza por donde estás. Intenta averiguar exactamente a cuántas personas estás ayudando cada día. Ya sean cinco personas al día o quinientas, debes tratar de aumentar la cantidad y la calidad del producto o servicio que ofreces.
Pronto alcanzarás los aires enrarecidos del éxito. La gente confiará en usted lo suficiente como para pasar la voz a otros. No necesitarás una proliferación de tácticas de ventas y marketing.
Sólo necesitarás una columna vertebral y un cerebro.
Si confías en este proceso para ganar tu primer millón de dólares, nunca volverás a ser el mismo.
Mirarás a la gente y encontrarás soluciones para ellos ofreciendo tus dones, talentos y habilidades a sus necesidades. Trabajarás desinteresadamente en tu propósito, deleitándote con tus numerosos logros.
Sobre todo, serás millonario, buscando tu segundo o tercer millón, dándote cuenta de que era mucho más que el dinero lo que buscabas.
Era por el millón de sonrisas…
Ramiro Camiña